En casi ninguna escuela de fútbol del mundo se unifica el aprendizaje de estos dos componentes en el mismo entrenamiento. Por ello, y después de hacer un análisis de la situación en el entorno donde comenzamos nuestro proyecto, nos dimos cuenta de que tan necesario era enseñar técnica y táctica de fútbol, como recursos personales para su propia supervivencia en la vida.
El fútbol es importante en nuestras vidas, pero educar en valores se convirtió en nuestro máximo objetivo. Ahí nos encontramos con el motivo de trabajar con menores, elegimos países en vías de desarrollo o zonas y barrios donde los recursos económicos son más limitados y su vivencia más marginal. Trabajar la enseñanza del fútbol con valores se ha convertido en la mezcla perfecta para nuestra fundación.
PSICOLOGÍA
Desde el punto de vista psicológico, todo aprendizaje que se hace desde un ambiente distendido, en un grupo con buena armonía y donde pueden confiar los unos en los otros, es más fructífero, permanente y eficaz.
Partiendo desde este punto de vista, la mezcla de deporte y aprendizaje en valores se convierte en un acierto, ya que se puede moldear la conducta y comportamientos disruptivos en un entorno lúdico, sin la posibilidad de que los niños y niñas sufran cualquier tipo de trauma.
DEPORTE EN EQUIPO
El deporte en grupo nos facilita la labor a los profesionales de la psicología de la actividad física para poder evaluar y tratar ciertos comportamientos disruptivos que los menores criados en entornos desfavorables, familias desestructuradas, o huérfanos.
La posibilidad de trabajar eso practicando un deporte, en este caso el fútbol que es nuestra pasión, y con la propia sinergia del trabajo en grupo entre iguales, nos brinda la posibilidad de que el cambio de conducta sea más permanente y efectivo.
DOTAR DE RECURSOS
La metodología que queremos emplear va orientada a dotarles de recursos suficientes para que puedan cumplir sus sueños. Metodológicamente hablando, los grupos no serán muy numerosos, de unos 20 menores aproximadamente, para que la enseñanza sea de calidad. Aunque también intentaremos llegar a los máximos menores posibles, por lo que el número o la dinámica de la sesión podría variar.
Comenzaremos regularmente con la parte de desarrollo de valores. El/la psicólogo dirigirá la dinámica o actividad para trabajar sobre los objetivos requeridos en esa sesión y también para evaluar y detectar necesidades de los menores que vayan surgiendo. Esto nos dirá si podemos seguir con el programa o es necesario modificarlo. También es posible evaluar que haya que intervenir individualmente con algún menor, aunque intentaremos que toda intervención sea en grupo.